El 4 de febrero será la Memoria (libre) del Beato Eduardo Francisco #CardenalPironio. Ayer domingo , en el @santuariodelujan en este domingo en que hemos celebrado la Presentación del Señor compartimos la Santa Misa en Memoria agradecida por el testimonio de vida de #BeatoPironio.
Presidió la Eucaristía el arzobispo de Mercedes-Luján, +Jorge Eduardo Scheinig. Concelebró el obispo de la diócesis de 9 de Julio, tierra natal del Cardenal Pironio, +Ariel Torrado Mosconi.
En este Año Santo al que nos ha convocado el Papa Francisco a «todos, todos, todos», le pedimos al Cardenal Pironio, profeta de la esperanza, su intercesión para que juntos removemos la esperanza que no defrauda.
A través de la pronunciación de su homilía, +Jorge Eduardo Scheinig expresó: «El Papa Francisco nos ha invitado a ser este año peregrinos de esperanza, es un año jubilar, un año para poner de vuelta todo en blanco; renovarnos; hacer eso tan lindo que uno hace cuando lava. Es un año para lavarnos y renovar la esperanza. Porque la esperanza es un motor enorme para la vida. Una persona esperanzada tiene una fuerza que no lo para nadie. La desesperanza también es un motor enorme para frenar La esperanza te levanta, la desesperanza te mata. Cuidado, lo digo de vuelta. La desesperanza también genera muerte, por eso es muy importante para nosotros que seguimos a Jesús, como nos propone el Papa Francisco en este año, renovar la esperanza. Que, como todo en la vida, hay que darle un sentido profundo, después hay que cuidar la esperanza. Uno tiene que decir ¿dónde pongo la esperanza? Y cuando descubrís dónde está tu esperanza, después hay que cuidarla.
El Evangelio que recién leímos nos cuenta, como les decía al comienzo de la Misa, ese momento en el que José y María llevan al niño para presentarlo al Señor ¿Qué hacían los judíos en aquella época? Y hoy lo siguen haciendo. A los varones los circuncidaban como un signo de pertenencia a un pueblo. Y, le da un nombre ahí, como nosotros hacemos en el bautismo, este se llama Jesús. Y, como era el primer hijo varón, la tradición decía que todo lo primero se lo ofrecía el pueblo a Dios. Vos hacías una cosecha y la primera cosecha decía Dios, gracias. Muchos de ustedes cuando compran el auto vienen con la llave…, algo parecido, eso que uno vive como algo lindo, gracias a Dios. Y como las mujeres cuando hacen el parto sangran y la sangre para el pueblo de Israel era mancha, había que purificarla a la mujer, entonces, en esa celebración se presentaba al niño, se lo circuncidaba, se le daba el nombre y la mujer se purificaba.
En esas circunstancias, imagínense un templo como este, lleno, y ahí había un anciano, Simeón, que cuando lo ver venir al niño, con su mamá y su papá, lo ve a ese niño y siente algo dentro suyo que lo renueva totalmente, le cambia la vida. Entonces dice, “ya está, ahora me puedo morir tranquilo, porque he visto la luz, he visto el elegido de Dios, el Mesías, ese niño es el que Dios había prometido”. Simeón se llena de esperanza.
¿Qué es la esperanza? Cuando tu anhelo más profundo se ve colmado de Dios. Vos esperas algo, te muestra algo y vos decís, ya está, ahora sí estoy seguro, estoy seguro; apuesto a todo lo que quieran, que muchos de ustedes hoy renuevan la esperanza. Ustedes vinieron hoy con sus peticiones a la Virgen, vinieron caminando, trajeron a sus hijos a bautizarse. No sé por qué vienen hoy, pero vienen con anhelos, vienen con deseos, vienen con sueños. Y estamos celebrando la Misa, y algo pasa y uno dice: “Sí, sí, es verdad”. Se genera un encuentro entre Dios y vos, Dios y nosotros y ese encuentro te renueva la vida. Y cuando vos descubriste esto, no lo perdes más. Cuando vos te diste cuenta que esto es real, que la esperanza es real, no la perdes más. La esperanza no defrauda, en todo caso hay que cuidar la esperanza, porque hay muchas cosas negativas que te desesperan. Pero eso que vivieron Simeón y Ana lo estamos viviendo nosotros hoy. Les cuento esto: La Iglesia, hace unos años, unos 60 años, hizo un encuentro que llamamos Concilio Vaticano II y volvió a tomar conciencia que la misión de la Iglesia es generar esperanza en los pueblos. Que la misión que tiene la Iglesia es que los sueños de unos se encuentren con Dios y el corazón se sienta pleno de esperanza. Y desde hace 60 años, el Papa Pablo VI, Juan Pablo I, con un poquitito de tiempo, con esa sonrisa tan linda, Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco, son profetas de esperanza porque hacen todo lo posible para que la Iglesia, nosotros, todos, todos, todos nosotros, que somos la Iglesia, los seguidores de Jesús, seamos animadores de esperanza, le digamos a la gente que es posible que Dios, colme nuestros sueños, nuestros anhelos, que sea la luz de nuestra vida.
Entonces, el Cardenal Pironio, que hoy recordamos, fue un hombre que se dio cuenta de lo que decía el Concilio, lo hizo propio, lo hizo carne, de verdad lo hizo carne; se enamoró de esa propuesta y él también se convirtió en un profeta de la esperanza. Fue un obispo que estuvo en la Argentina, después estuvo en una misión para toda América Latina y después para la Iglesia universal. Fue un trabajador de la esperanza, su pastoral es la pastoral de la esperanza porque él trabajaba con un trabajo artesanal muy cuidadoso, muy delicado para que la vida concreta de la gente, especialmente de los más pobres, en ese encuentro naciera una esperanza nueva, que fuera un motor para la vida, peleó contra la desesperanza, contra todo lo que provoca desesperanza. Se convirtió en un hombre de palabras fuertes, palabra profética para que la Iglesia, todos nosotros, seamos personas llenas de esperanza. Agradecemos su testimonio de vida, sus palabras, y sigue resonando en nosotros ese ánimo que tenemos que cuidar porque
los tiempos del Cardenal de Pironio no fueron fáciles. Fue un hombre incluso que tuvo que soportar la difamación, se hablaba mal de él. Se lo ponía en sospecha y, sin embargo, no aflojaba, seguía siendo un hombre animador de la esperanza.
Hay tiempos que el mundo está más tranquilo y hay tiempos que el mundo se convulsiona. No solo una parte del mundo, que siempre en un mundo tan grande como el nuestro siempre va a haber dificultades, pero hay momentos que pareciera que en el mundo aparece una nube como una sombra, como algo que oscurece. Y, entonces genera división, genera enfrentamiento. Las divisiones no son nuevas. No es que hoy es la primera vez que el mundo se divide. Pero hoy estamos siendo testigos de un mundo agresivo, violento, no solo en los discursos, que lo son. Un mundo que se agrede, que nos agredimos unos a otros con fuerza, sin posibilidad de diálogo, de encuentro. Un mundo que genera líderes que son capaces de deportar masivamente a las poblaciones migrantes o generar muros entre pueblos o hacer de una forma política, social y económica un poder basado en agredir al otro, en maltratar al otro y es posible entonces que estemos tentados a la desesperanza. ¿Cómo trabaja la desesperanza? Nos resume, nos enfrenta, nos hace bajar los brazos. Y hace falta entonces hoy que, como el Cardenal Pironio, tomemos esa antorcha de la esperanza que no defrauda y seamos capaces! capaces de en esta vida concreta, en esta vida concreta, en este momento de la historia que nos toca vivir y ser profetas de la esperanza. Y a pesar de todo, de toda propuesta política, social, de todo discurso, trabajemos por la fraternidad humana.
Nuestra esperanza es la fraternidad. es la fraternidad. Nuestra esperanza es la comunión entre pueblos, entre personas. Quien se dispone a trabajar así, quien se dispone para ser un hombre esperanzado y hacer que muchos tengan esperanza, va a sufrir, va a sufrir porque esto genera tensiones porque esto genera tensiones, genera dolor e incomprensión. Somos testigos en este tiempo, en las redes habla un obispo con todo su mejor deseo de fraternidad y lo matan, no dice nada malo, pero lo matan. El que se dedique a trabajar por la esperanza va a sufrir. Pero quiero decir esto con toda claridad, se lo digo con mucha humildad también. El sufrimiento no te lleva a la desesperanza. No se deje intentar, porque muchas veces el cansancio de la vida cotidiana, el sufrimiento no es necesariamente el motivo de la desesperanza. Es dolor, es sufrimiento, pero uno puede en esas circunstancias sostener el deseo de que mi anhelo, mi sueño, se encuentre con Dios y eso me vuelva a llenar de esperanza.
Entonces la esperanza necesita de la confianza en Dios. Nosotros nos apoyamos en Dios. En el antiguo testamento, el pueblo de Dios no lo podía nombrar a Dios, entonces usaba adjetivos. Un adjetivo que a mí me encanta y que es lindísimo, es roca. Dios es roca. Yo me puedo apoyar en Dios. Confío en Él, en medio de circunstancias difíciles, confío en Él. Y sé que mi sueño será bendecido por Dios. Mi anhelo profundo será colmado por Dios. La esperanza no defrauda. Demos gracias a Dios por el Cardenal Pironio, profeta de esperanza y pidamos que hoy surjan nuevos hombres y mujeres que sean capaces de animarnos a la esperanza, aunque tengan que sufrir. Vamos a pedírselo a Dios y a María de Luján, a la que el Cardenal Pironio amaba con todo su corazón, por eso él está sepultado aquí.»
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El próximo sábado 22 de marzo será un día de profunda significación para la comunidad católica de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, ya que se llevarán a cabo importantes ordenaciones diaconales y sacerdotales en el «Estadio Centro», ubicado en Belgrano 67, en la ciudad de Chivilcoy.
En la ceremonia, que será presidida por el arzobispo Jorge Eduardo Scheinig, recibirán el sacramento del Orden Sagrado como sacerdotes Agustín Báez, Agustín Denezio y Nicolás Monti. Asimismo, el seminarista Manuel Asenzo será ordenado diácono, dando un nuevo paso en su camino hacia el sacerdocio.
La misa comenzará a las 11:00 horas, y al concluir el acto litúrgico se compartirá un ágape entre los presentes, un momento de comunión y celebración comunitaria.
Desde la arquidiócesis expresaron su gratitud por estos nuevos ministerios. «Damos gracias a Jesús Buen Pastor por la fecundidad del ministerio de cada uno de ellos. Le pedimos a la Santísima Virgen María, en sus advocaciones de Nuestra Señora de las Mercedes y de Luján, por las gracias derramadas en nuestra Iglesia arquidiocesana», destacaron en un comunicado oficial.
Las ordenaciones representan un hito significativo en la vida de la Iglesia, ya que refuerzan el compromiso de nuevos ministros con su labor pastoral, evangelizadora y comunitaria. La entrega de estos jóvenes al servicio del pueblo de Dios se da en un contexto de renovación espiritual en la arquidiócesis, que se prepara para celebrar este gran acontecimiento con fe y esperanza.
Fuente: Noticias Mercedinas
El Arzobispado de Mercedes-Luján informó que el sacerdote Alejandro Rodolfo Gwerder fue dimitido del estado clerical por decisión del Dicasterio para el Clero tras un proceso en su contra por delitos contra la obediencia, la comunión y las obligaciones inherentes al ministerio sacerdotal.
Con esta sanción, Gwerder queda inhabilitado para ejercer el sacerdocio, predicar homilías y desempeñar cualquier tarea eclesiástica.
La decisión fue comunicada a través del protocolo oficial 004/25 emitido el 16 de enero de 2025.
El Arzobispado expresó un mensaje de esperanza y oración por el sacerdote sancionado, invocando al Señor y a la Virgen para que lo acompañen en este «tiempo importante» de su vida.
La medida se enmarca en las normativas del Derecho Canónica que regulan la conducta de los miembros del clero, subrayando el compromiso de la Iglesia con la disciplina y la transparencia.
Fuente: Noticias Mercedinas
Unidos al Papa Francisco y a toda la Iglesia Universal.
El Papa Francisco, como Pastor de la Iglesia Universal, con su autoridad Apostólica y de acuerdo a la tradición de la Iglesia, ha convocado a un nuevo año Jubilar invitándonos a ser “Peregrinos de la esperanza”.
En profunda comunión con él y como pastor de esta Iglesia Particular de Mercedes-Luján, junto a mi hermano y obispo auxiliar Mauricio Landra, es que inauguramos solemnemente este tiempo jubilar en nuestra Iglesia Catedral.
El Santo Padre Francisco que es un sabio y cuidadoso examinador y escrutador de los signos de los tiempos, percibe que el mundo necesita urgentemente un baño de Esperanza y de la Misericordia de Dios, porque son muchas las situaciones que las mayorías humanas enfrentan para vivir con dignidad. Juzga además, que en tiempo de guerras tan complejas como absurdas, todos, en todo el mundo, necesitamos apaciguar los corazones, recibiendo de parte del Bueno de Dios, el don de la Paz.
Precisamos Paz con urgencia. Paz para los pueblos martirizados. Considera entonces Francisco que es importante ser “Peregrinos de Esperanza”, ya que ésta no defrauda y así, volver a descubrir el horizonte de Vida Plena a la que está llamada cada persona y la humanidad toda. Esperanza que da sentido a la vida. Al mismo tiempo, nos invita a que la Iglesia sea facilitadora para que todos puedan encontrarse con “el
Rostro Misericordioso de Dios”. Entonces, en este año jubilar, la propuesta pastoral que nos hace el Papa, no es pasar por “la puerta”, sino “peregrinar” hacia el encuentro con el Señor de la Misericordia y
renovar así nuestra esperanza.
Esto implica de parte de toda la Iglesia “no quedar atrás en su apoyo a la necesidad de una alianza social para la esperanza, que sea inclusiva y no ideológica, y que trabaje por un porvenir que se caracterice por la sonrisa de muchos niños y niñas que vendrán a llenar las tantas cunas vacías que ya hay en numerosas partes del mundo. Pero todos, en realidad, necesitamos recuperar la alegría de vivir, porque el ser
humano, creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26), no puede conformarse con sobrevivir o subsistir mediocremente, amoldándose al momento presente y dejándose satisfacer solamente por
realidades materiales. Eso nos encierra en el individualismo y corroe la esperanza, generando una tristeza que se anida en el corazón, volviéndonos desagradables e intolerantes”.
Nuestra Iglesia Arquidiocesana, llamada a la Comunión-Misión-Misericordia Nosotros hemos realizado y celebrado nuestro propio Sínodo sobre “Evangelización y Catequesis Hoy” que nos ha dejado un rumbo y un camino concreto a transitar por todas las comunidades. Tres son los desafíos que hemos descubierto como la llamada que el mismo Dios nos está haciendo y a la que nos comprometimos a escuchar y responder, porque creemos que esa es su voluntad. ComuniónMisión- Misericordia.
El Sínodo nos dice que nuestra misión es llegar a todos, todos, todos, en sus circunstancias concretas de vida, para lo cual, debemos fortalecer nuestra comunión afectiva y efectiva. Comunión entre personas,
entre grupos, entre generaciones. Comunión real, existencial, vital, que nos haga sentir a gusto en nuestras comunidades y fortalecidos para el desafío de la misión. Comunión también de las estructuras
parroquiales, zonales, arquidiocesanas. Pero, también volvimos a descubrir con serena alegría, que el estilo de nuestra vida eclesial y pastoral, igual que el estilo de Jesús, es la Misericordia. Queremos y necesitamos ser una Iglesia llena de misericordia con todos y hacia todos. Misericordia que se expresa en nuestra capacidad de recibir a todos, escucharlos, acogerlos, incluirlos e integrarlos. Misericordia que se vive en el perdón cotidiano hacia el interior de nuestras familias y comunidades y que se da a toda persona que los busca y lo necesita. Misericordia que se vuelca hacia toda persona que se encuentra herida, rota, desposeída, en soledad, en angustia, en enfermedad y se expresa en poder dar una mano sencilla y franca que le hace sentir al otro que es valioso, valiosa, digno. Es la misericordia de Dios que nos da el “poder de llegar a ser hijas e hijos de Dios” (Jn. 1,12).
El año Jubilar que el Papa Francisco nos invita a transitar es para nosotros la ocasión de vivir de manera concreta el camino de la Misericordia que nos pide nuestro Sínodo y ofrecerlo a manos llenas y brazos
abiertos a todos. Llamados a vivir la Misericordia en el perdón concreto Les proponemos que sea un año fuerte de perdón sincero y concreto porque allí podemos experimentar la Misericordia Viva del Señor que sostiene nuestra misericordia, la que damos y recibimos cuando perdonamos. Perdón en las familias. Necesitamos poder sanar los vínculos familiares que son tan necesarios para nuestra vida, para nuestro presente y futuro, para nuestro desarrollo y crecimiento. Perdonarnos en la familia es intentar reponernos, fortalecernos, dando paso a lo mejor de cada uno y de la misma familia toda. El jubileo es un tiempo propicio para volver a elegirnos con todo el corazón. Perdón en nuestras comunidades. Muchas veces, al interior de nuestras comunidades parroquiales hay heridas que nos separan y en ocasiones nos enfrentan. El jubileo es el tiempo para perdonarnos, volver a la amistad y generar comunión. Necesitamos ejercitarnos en el perdón para ser comunidades sanas y testimoniales, capaces de ofrecer en nuestros vecindarios un espacio distinto, donde el que lo deseé encuentre hermanas y hermanos creyentes, peregrinos de esperanza y unidos en la caridad.
Perdón en nuestros vecindarios y ciudades. Los cristianos vivimos insertos en nuestros barrios, somos vecinos. Sin embargo, a veces nos peleamos con el que convivimos y encontramos en la calle, en los
lugares que frecuentamos para hacer las compras y vivir lo cotidiano. El jubileo es el tiempo de volver a descubrir la fuerza del testimonio que se alcanza con una vida coherente. No podemos ir a misa los
domingos y pasar de largo frente al vecino con el que me peleé o aquel que me está necesitando.
Perdón en nuestros lugares de trabajo. Allí pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Muchas veces, nuestros compañeros de trabajo son como una segunda familia. Allí también hay experiencias dolorosas
en las que por alguna circunstancia nos hemos lastimado. El jubileo es un año bueno para proponernos volver a empezar y hacer de nuestros lugares de trabajo un lugar de fraternidad. Perdón en nuestro país. El país no nos queda lejos, está en nuestro corazón, en nuestros pensamientos y en nuestra manera de convivir socialmente. Necesitamos alcanzar una real amistad social, que significa la capacidad que todos tengamos que saber convivir en medio de las diferencias. Los cristianos debemos dar una mano para generar una convivencia social de mayor calidad de vida. Necesitamos perdonar e invitar al perdón. Esto no significa resignar la memoria, porque perderíamos nuestra identidad. Pero podemos intentar perdonarnos porque mucho nos hemos maltratado. Perdonarnos para alcanzar diálogos constructivos que posibiliten una Patria de hermanos.
Perdón de las deudas económicas. Un tema muy delicado para la vida cotidiana, familiar y social, son las deudas económicas. Las deudas hay que pagarlas, pero el Jubileo también es un tiempo para animarnos
a perdonarlas, ya que ellas junto a los intereses financieros que se actualizan al ritmo inflacionario y/o usurario, se convierten en algunos casos prácticamente impagables. Más allá de lo que es justo, es
posible dar vuelta la página, para ayudar a que muchos hermanos no vivan condenados de por vida. Algo parecido pasa con los países más pobres, a los que los organismos internacionales les exigen la
devolución de la plata pero con intereses que rayan con la usura. El Papa está pidiendo con fuerza, que los países más ricos perdonen las deudas a los países más pobres para que puedan encontrar el propio
camino del desarrollo. Podemos tener razones estrictamente religiosas, que muchas veces son inéditas, magnánimas, generosas y nos invitan a salir de los razonamientos lógicos. Perdonar las deudas
económicas en una acción llena de un sentido religioso de la vida que privilegia la misericordia por sobre la justicia. Este perdón se alimenta y enriquece con la práctica del sacramento de la reconciliación. Es bueno que en el año jubilar, volvamos a la práctica de la confesión que lleva directamente a la experiencia de la Misericordia del Padre que siempre nos perdona. Porque nuestros pecados son importantes, pero lo es mucho más la Misericordia del Padre, que nos la hace explícita cuando un sacerdote, en Su Nombre, nos perdona.
Misericordiosos y solidarios con los enfermos, los ancianos, los presos y los más pobres. El Papa Francisco nos invita en este Jubileo a estar muy atentos y solidarios con los más frágiles y con el mundo que habitan: sus hogares, las casas de ancianos, las cárceles, los barrios pobres y la misma calle. Cada uno de nosotros sabe que este tiempo histórico que nos toca vivir es maravilloso en tantos avances tecnológicos, médicos y también humanos; pero simultáneamente, es un mundo que no le da las mismas oportunidades a todos, que excluye, que se desentiende, que es indiferente, que arroja a soledades profundas y que lastima. Sabemos en lo profundo de nuestros corazones que son muchos los que están sufriendo diferentes formas de dolor y que necesitan sí o sí de corazones misericordiosos y manos solidarias.
El año Jubilar es un tiempo oportuno para acercarnos y acortar distancias. Nuestro Sínodo se manifestó pidiéndole a nuestra Iglesia de Mercedes-Luján que todo lo viva con el estilo que tenía Jesús: la Misericordia. Nuestras celebraciones, nuestra catequesis, nuestra caridad, nuestra evangelización hacia todos, todos, todos, debe ser al estilo de Jesús: todo con misericordia. Visitemos enfermos, ancianos, presos, acompañemos a los pobres, seamos servidores de esta Buena Noticia: “nuestro Dios nos ama con amor preferencial a cada una y a cada uno de los seres humanos que habitamos este suelo bendito”.
Nuestras Iglesias Jubilares y dos momentos pastorales muy importantes Será una ocasión de peregrinación hacia los lugares designados como Iglesias Jubilares: la Basílica de Nuestra Señora de Luján; la Catedral, en la ciudad de Mercedes; la parroquia San Marcos Evangelista, en la ciudad de Marcos Paz; la parroquia San Pedro Apóstol, en la ciudad de Chivilcoy y San Ignacio, en la ciudad de Junín. Serán lugares a los que invitamos a peregrinar de manera personal y comunitaria. Sería muy conveniente que ese día se prepare muy bien todo lo que reflexionaremos y rezaremos en el camino y la llegada al lugar de destino, siempre en torno a la esperanza. Designo también como Iglesia Jubilar a Nuestra Señora de la Guardia, en la ciudad de Mercedes y al Hogar de Cristo, San Francisco de Asís, que allí reside. Considero es un lugar hermoso para ir de peregrinación en comunidad, o personalmente, al encuentro del Señor de la Misericordia que se nos manifiesta en los jóvenes que viven en el Hogar. Es un lugar para ir a rezar y encontrarse desde el corazón, con hermanos que desean salir de noches muy oscuras y que ya han iniciado un camino de recuperación, que es sin duda un camino de esperanza. Les pido que se animen a peregrinar hacia allí y conocer un lugar que ayuda a descubrir lo valiosa que es toda vida que hace la elección de caminar con esperanza porque, si así no se hiciese, es imposible. Preparen una linda peregrinación y reciban allí las indulgencias del año Jubilar.
Tendremos además, dos eventos Arquidiocesanos que proponemos dentro del marco del Jubileo, como momentos de peregrinación, que son de suma importancia: “La peregrinación de toda la arquidiócesis
hacia el Santuario de nuestra Madre de Luján”, el 11 de mayo, donde daremos por terminado el año de celebración de los 90 años de nuestra Arquidiócesis, y “La jornada mundial de los pobres”, que se
realizará en noviembre del 2025.
Las indulgencias: Al mismo tiempo, estamos invitados a alcanzar durante el año jubilar y en diversas circunstancias el don de las indulgencias. Nos dice el Papa Francisco: “La indulgencia, en efecto, permite descubrir cuán ilimitada es la Misericordia de Dios. No sin razón en la antigüedad el término “misericordia” era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites. El sacramento de la Penitencia nos asegura que Dios quita nuestros pecados. Resuenan con su carga de consuelo las palabras del Salmo: «Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. […] El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; […] no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen; cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados» (Sal 103,3-4.8.10-12). La Reconciliación sacramental no es sólo una hermosa oportunidad espiritual, sino que representa un paso decisivo, esencial e irrenunciable para el camino de fe de cada uno. En ella permitimos que Señor destruya nuestros pecados, que sane nuestros corazones, que nos levante y nos abrace, que nos muestre su rostro tierno y compasivo. No hay mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él (cf. 2 Co 5,20), experimentando su perdón. Por eso, no renunciemos a la Confesión, sino redescubramos la belleza del sacramento de la sanación y la alegría, la belleza del perdón de los pecados.
Sin embargo, como sabemos por experiencia personal, el pecado “deja huella”, lleva consigo unas consecuencias; no sólo exteriores, en cuanto consecuencias del mal cometido, sino también interiores, en
cuanto «todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que es necesario purificar, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio». Por lo tanto,
en nuestra humanidad débil y atraída por el mal, permanecen los “efectos residuales del pecado”. Estos son removidos por la indulgencia, siempre por la gracia de Cristo, el cual, como escribió san Pablo VI, es
«nuestra “indulgencia”».
Esa experiencia colma de perdón no puede sino abrir el corazón y la mente a perdonar. Perdonar no cambia el pasado, no puede modificar lo que ya sucedió; y, sin embargo, el perdón puede permitir que
cambie el futuro y se viva de una manera diferente, sin rencor, sin ira ni venganza. El futuro iluminado por el perdón hace posible que el pasado se lea con otros ojos, más serenos, aunque estén aún surcados
por las lágrimas”. “De la abundancia del corazón habla la boca” (Lc 6,46). Estamos llamados por el Señor a vivir en coherencia y autenticidad de vida. Para ello necesitamos de la Gracia de Dios, que decide habitar en nosotros y entre nosotros, para llevar a toda la humanidad a mayor plenitud de vida.
El Papa Francisco nos ha regalado una Carta Encíclica bellísima: “Dilexit Nos”, “Nos Amó”, “Sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo”, en la que nos invita a dejarnos amar por el Señor. Les pido
que la lean, sin darse cuenta, en su lectura atenta, estarán haciendo un retiro espiritual. Dejémonos amar por el Señor, dejemos que su generoso Amor trasforme nuestra vida desde bien adentro, desde el corazón. Ayudémonos a cuidar el corazón de cada uno para que no se convierta en piedra. Cuidémonos para no perder sensibilidad hacia todos, pero muy especialmente, hacia los que enfermos, los que sufren, los pobres.
Que nuestra boca hable con palabras de paz. Que nuestras manos levanten al caído. Que nuestros pies estén ligeros para ir hacia el necesitado. Que el Jubileo nos impulse a hacer bien concretas los frutos y las orientaciones de nuestro Sínodo. Que el Jubileo transforme nuestras vidas y sea por medio de nosotros, los que seguimos a Jesús, un año de Paz y de Luz para el mundo.
Que la Madre del Señor y Madre nuestra, María de las Mercedes y de Luján, camine con nosotros todos los días de este año Jubilar y nos lleve hacia el Jesús que vive entre nosotros.
Con mi hermano, Mons. Mauricio, les damos nuestra bendición y un abrazo sincero y fraterno. Siempre rezamos por ustedes.
+ Jorge Eduardo Scheinig
Arzobispo Metropolitano
de Mercedes-Luján
Con la firma del Arzobispo local Mons. Jorge Eduardo Scheining y del Obispo Auxiliar Mauricio Landra se dieron a conocer nuevos destinos pastorales de sacerdotes de nuestra arquidiócesis local.-
El comunicado expresa: «Querida Iglesia de Mercedes-Luján, ¡Recibamos al Niño Dios con el corazón lleno de esperanza!
Damos gracias a cada uno de los sacerdotes por su disponibilidad y generosidad, y a las comunidades que nos acompañan con su oración perseverante y con tanto cariño y bondad.
Los nuevos nombramientos son los siguientes:
• Parroquia Santos Arcángeles, en la ciudad de Chacabuco
Párroco: Pbro. Raúl Moretto.
• Parroquia San Demetrio y San Bernardo, en la ciudad de Luján
Párroco: Pbro. Diego Zacca.
• Pbro. Sebastián Ríos
Miembro del Equipo de Formadores del seminario y Director de la “Escuela Sínodo”.
• Parroquia San Vicente, en la ciudad de Mercedes
A cargo del Diácono Permanente Mario Segura y colaborarán en la atención pastoral el Equipo de
Formadores del Seminario.
• Parroquia Inmaculada Concepción, en la ciudad de Rawson y Nuestra Señora de Lourdes, en Castilla . Se creó un Equipo Pastoral conformado por el Diácono Permanente Héctor Andreasevich, que es el que estará a cargo, junto a 6 laicas y laicos y como Moderador el Pbro. Daniel Blanchoud.
• Cuasi-parroquia San José, en la ciudad de Luján
Administrador: Pbro. Vicario General, Daniel Guerra.
• Cuasi-parroquia Nuestra Señora de Fátima, de la ciudad de Junín
Párroco: Pbro. Pablo Valles y Vicario Parroquial Pbro. Gustavo Gaspoz.
• El Pbro. Marcelo Monteagtudo, colaborará en la Parroquia San Marcos Evangelista y allí residirá.
• El Pbro. Domingo Soria, Colaborará con el Pbro. Andrés Rogowicz y residirá en la cuasi parroquia Santo
Cristo en la ciudad de Cortinez.
• JUREC
El Sr. Germán Ruggeri que está en el camino al Diaconado Permanente, colaborará como miembro
pleno de la JUREC, encargado de la Pastoral de los Colegios.
• El Pbro. Jorge Nowak, agradecidos por su entrega y servicio sacerdotal, queda a disposición de su
obispo, Mons. Wojciech Polak, Arzobispo Primado de Polonia.
Recemos por estos hermanos nuestros y por toda nuestra Iglesia de Mercedes-Luján.
Reciban nuestro abrazo fraterno.
En el marco de año jubilar que vivimos en nuestra Iglesia arquidiocesana de Mercedes-Luján, el pasado sábado 23 de noviembre se llevó a cabo la ceremonia de clausura que reunió la documentación tendiente a la presentación que realizará nuestro arzobispo, +Jorge Eduardo Scheinig el próximo martes 26 ante el Dicasterio de las Causas de los Santos sobre el Siervo de Dios Manuel Costa de los Ríos, conocido popular y cristianamente como el “Negro Manuel”[1].
De este modo, en la sede arzobispal, coordinado por nuestro Padre Obispo Jorge Eduardo, se realizó este importante acto que reunió a todos los que integraron el proceso que establece el Dicasterio para las Causas de los Santos a fin de demostrar que el Siervo de Dios ha mostrado, en vida particulares virtudes heroicas. La intención de esta presentación tiene como hito la posibilidad de que el “Negrito Manuel”, servidor de la Virgen de Luján, sea en primera instancia, distinguido Venerable.
La dinámica de la reunión estableció el espacio mediante el cual se lacraron las cajas que contienen la documentación y que serán entregadas al Dicasterio para su estudio siendo portador el mismo arzobispo Jorge Eduardo Scheinig; comprendió un momento en que los actuantes juraron ante los santos evangelios haber cumplido sus funciones de manera correcta. Seguidamente, se procedió a la firma de las distintas fojas a través de las cuales se confirmó la clausura del procedimiento previo a la presentación, tal lo establece el debido proceso dado por el Derecho Canónico.
El encuentro, que contó también con la asistencia del obispo auxiliar Mauricio Landra; acompañado por el padre Lucas Figueroa y Daniel Guerra, vicarios generales, miembros de la Curia Arquidiocesana, entre otras personas presentes, ofreció por parte de todos los presentes una invocación al Espíritu, un canto litúrgico interpretado por seminaristas de esta arquidiócesis y un canto final a la Santísima Virgen María, Madre nuestra.
Actuantes:
. Mons. Jorge Eduardo Scheinig; Arzobispo Metropolitano de Mercedes-Luján
. Mons. Dr. Juan Guillermo Duran; Postulador
. Pbro. Lic. Lucas Javier García; Delegado Episcopal
. Pbro. Dr. Carlos Olguín Reguera; Promotor de Justicia
. Dr. Rodrigo Massa; Notario Adjunto
. Dr. Carlos Alberto González; Notario Actuario
Asimismo, se informa que con fe compartimos la noticia que da cuenta que fue entregada la causa del «Negrito Manuel» al Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos.
Con profunda alegría y gratitud, nuestro Padre Obispo Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes – Luján, visitó el Dicasterio para las Causas de los Santos, donde reunido con su Prefecto, Cardenal Marcello Semeraro, entregó las cajas lacradas que contienen la documentación recabada luego de un extenso tiempo de trabajo e investigación en nuestra Iglesia arquidiocesana sobre el testimonio de Fe del Siervo de Dios Manuel Costa de los Ríos, nuestro querido «Negro Manuel.
Rezamos a la Santísima Virgen de Luján por la fecundidad de este proceso.
[1] Manuel Costa de los Ríos fue un esclavo africano, libre, que en el año 1630 fue testigo del milagro de la Virgen de Luján y cuidó de Ella fervientemente.
Que linda es la Iglesia de Mercedes Luján. En un clima de diálogo, escucha, profunda oración y discernimiento, guiado por nuestro Padre Obispo Jorge Eduardo Scheinig y la coordinación por parte de la Secretaría General, con la participación de 120 sinodales, representantes de las 5 zonas pastorales de nuestra iglesia arquidiocesana y el acompañamiento del obispo auxiliar, monseñor Mauricio Landra, desde el viernes 25 al domingo 27 de octubre de 2024, compartiendo la sede entre el Instituto Padre Ansaldo y el seminario Santo Cura de Ars, se llevó a cabo la IV y última Asamblea General del primer Sínodo Arquidiocesano sobre la Evangelización y Catequesis hoy.
Este camino sinodal que dio su comienzo formal el 18 de marzo de 2023 con la celebración de la Eucaristía en la Basílica Catedral Nuestra Señora de las Mercedes y que fue articulado día a día por el Equipo Animador, entre los que se encontró Liturgia, Comunicación e Infraestructura.
“Llamados por el Espíritu del Señor a ser buena noticia y comunicarla todos, todos, todos” es el título del documento final, que nos propone un compromiso para la misión evangelizadora de la Iglesia de Mercedes Luján.
El documento, estructurado en modos y núcleos pastorales integra el trabajo de dos años de intensa labor comunitaria. Entre las Disposiciones del arzobispo se propone una renovación de los diferentes estamentos eclesiales, pastorales y comunitarios que nos interpelan para los desafíos que debemos recorrer.
Uno de los objetivos del documento final es escuchar el llamado del Señor y ser testimonio vivo de una pastoral activa, de una iglesia en salida en la que todo el pueblo de Dios que peregrina en estas tierras sea parte.
Este Sínodo, que hoy culmina su proceso, lejos de ser un cierre nos invita a entrar por las puertas y ser protagonistas de la misión. Te proponemos ingresar en (https://arquimercedes-lujan.com.ar/2024/10/29/documento-final-de-nuestro-primer-sinodo-arquidiocesano/) y hacer tuyo este documento final que nos convoca y compromete para vivir y ser testimonio vivo de una Iglesia en Salida, en misión, participación y comunión.
Bajo el lema “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”, se desarrolló la 50º Peregrinación Juvenil a Luján, en una jornada histórica al cumplirse 50 años de una caminata que mueve la fe y esperanza de todo un pueblo, superando la cantidad de fieles de años anteriores que llegaron a nuestra ciudad para rendirle tributo a la Virgen de Luján.
En un pedido a la Patrona de la Argentina, continuó: “Madre, mira a tu pueblo cansado, mira a tu pueblo que está haciendo un gran esfuerzo para sostenerse en la esperanza, para ponerse la Patria al hombro y sobrellevar la crisis que nos atraviesa hace años. Mira a tu pueblo peregrino, que viene con todas sus intenciones, con sus heridas, y esperanzas. Necesitamos ser mirados por tus ojos grandes, claros y azules porque tu mirada no está empañada por prejuicios; con tus ojos nos mirás a todos, sin excluir a nadie; mirás, como Patrona de Argentina, todos los rincones de la Patria”.
El lema: Siempre unidos, todos, todos, todos
“Madre, bajo tu mirada, buscamos la unidad:
- Tu manto celeste y blanco nos incentiva a seguir buscando la unidad entre los argentinos, a no resignarnos al enfrentamiento constante, a profundizar las grietas y heridas.
- Frente a las crisis, los sabios buscan soluciones; los mediocres, culpables.
- Hay muchos mediocres que frente al lacerante y doloroso 52,9% de pobreza se pusieron a buscar culpables.
- Desde la casa de María, les pedimos: Por favor únanse detrás de dos o tres temas importantes para los todos los argentinos.
- Pidamos la humildad de trabajar con otros, de generar consensos y acuerdos y de tender puentes porque lo más valiente que podemos hacer es pedir ayuda y eso no es signo de rendirse, es justamente lo contrario, es negar a rendirse.
- No nos rindamos a ser hermanos, a buscar soluciones juntos, a construir una Patria más justa y más fraterna, a liberarnos de prejuicios, odios y enfrentamientos estériles, a seguir confiando nuestras vidas a la Virgen de Luján, que desde hace 50 años el primer fin de semana de octubre, recibe a cientos de miles de peregrinos a quienes abraza con su corazón de Madre, y nos anima a seguir caminando en la vida, cansados, pero no abatidos, golpeados, pero con esperanza y sin bajar los brazos”, describió con fervor monseñor Jorge Ignacio.
Bajo el lema “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”, el próximo sábado 5 y domingo 6 de octubre se desarrollará la 50º Peregrinación Juvenil a Luján, en la que se estima que llegará un millón de personas a la ciudad.
La tradicional expresión de fe organizada por la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular del Arzobispado de Buenos Aires se llevará adelante con una serie de recaudos y disposiciones orientadas a fortalecer el aspecto sanitario, con más de 60 puestos de salud repartidos a lo largo de todo el trayecto para la atención de los peregrinos.
La columna principal con la imagen cabecera de la Virgen saldrá el sábado a las 10 horas, desde el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, y marchará junto a miles de peregrinos que recorrerán los 60 kilómetros para llegar al santuario de Luján.
El domingo 6 de octubre el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidirá la tradicional Misa central de las 7 horas, en la Plaza Belgrano, a las puertas de la Basílica.
En cuanto a la logística, el ingreso de los fieles a la ciudad será por la calle Las Heras. Se permitirá el cruce vehicular en Las Heras y Humberto (ambas manos), Las Heras y Güemes, y Las Heras y Belgrano.
A diferencia de años anteriores, y con el objetivo de que los peregrinos puedan acceder al templo de manera fluida y sencilla, se modificaron los ingresos a la Basílica de Luján.
Desde las calles 9 de Julio y Bartolomé Mitre hasta 9 de Julio y San Martín, estará instalado un vallado por dónde solo podrán transitar los peregrinos.
Además, estará habilitada la puerta de la calle 9 de Julio y los tres ingresos que están sobre la calle San Martín.
Por otra parte, el municipio de Luján inició una obra hidráulica en el tramo medio del río Luján, por lo que está temporalmente inhabilitado para transitarlo.
Es por eso que las autoridades solicitan que se respeten las medidas de seguridad previstas en las zonas donde se están realizando los trabajos.
Estas tareas impactan en el normal desarrollo de las actividades en la zona, y por ello se recuerda que queda prohibido a toda persona ajena a la obra, acercarse a los espacios donde están las mallas de seguridad o vallas que delimitan lugares de trabajo.